¿Cómo descifrar el alma? ¿Cómo tratar de explicar el comportamiento humano? Theilard de Chardin dice que los seres humanos “estamos a mitad del camino entre los dioses y las bestias”. Cada quien se ubica en el lugar que su corazón le marque… pero hay momentos en que se percibe que se puede estar mas cerca de lo elemental y primario que de lo sagrado. Como si algo tirara hacia lo instintivo, hacia la oscuridad. ¿Qué guardan el corazón o la mente de un hombre que disfruta pateando un cadáver? ¿Y los que miran el espectáculo sin intentar detenerlo, qué sienten? ¿Qué experimenta un individuo derribando postes o incendiando un edificio? ¿Cuál es la satisfacción con la que se vibra al producir daños? Desde la Psicología podría explicarse como conductas primarias que vive un infante en su proceso de construcción personal. “Disfruta” con el dolor, con lo monstruoso, con lo escatológico. Pero también puede obedecer a una conducta psicótica cuando construye su realidad, “perfecta” o monstruosa, pero en definitiva solo suya. Psicosis es una alteración de la personalidad acompañada de un trastorno grave del sentido de la realidad.
Y aquí estamos todos, participando o contemplando el “espectáculo”. Lo mas sano definitivamente es no verlo ni resonar con la imagen. No puede haber ninguna clase de “encantamiento” con esta clase de videos. Cada quien es libre de retransmitirlo o desaparecerlo. Pero si retrata la dimensión de la salud mental. ¿Qué “ve” un muchacho que patea un cadáver? ¿A quien esta agrediendo? ¿Qué le representa el cuerpo que tiene a sus pies? ¿Allí frente al cadáver del que patea, se experimenta poderoso, invencible, dueño del mundo? ¿Es un momento de excitación por desafiar lo prohibido? ¿Bordear los límites de lo irracional da satisfacción?
En la calle hay muchísimas necesidades materiales pero también es claro que la enfermedad mental se pasea en iguales o mayores proporciones que las carencias físicas. ¿Una sociedad, una comunidad pueden ser colectivamente psicóticas? Miradas inyectadas de ira, puños apretados para descargarlos en lo que se atraviese en el camino, patadas a diestra y siniestra porque la rabia necesita pisotear y aplastar. Si no existen objetos externos para usar, es el propio cuerpo el que se convierte en instrumento de agresión. Ni manera de argumentar alguna justificación para defensa personal. ¿Un cadáver de qué manera se vuelve un peligro? ¿De qué tamaño es lo guardado? A no ser que los fantasmas del inconsciente sean de tal envergadura que la realidad que se enfrenta (o se construye) justifique esta clase de conductas. Y entonces tenemos que aceptar la psicosis como enfermedad colectiva. ¿Qué nos llevó a ese limite?
Es tenaz encontrarse con la enfermedad mental en empaque de muchacho, no de uno ni dos, sino de tantos. Hay protestas justas y reales pero también existe la locura colectiva. Y para quien no tiene criterio y vive en automático, actitudes como estas pueden ser tan contagiosas como el virus. Actitud de rebaño o manada, no para enfrentar la pandemia, sino para sintonizar con lo patológico. ¿Si otros lo hacen, si otros lo disfrutan, si otros no sienten vergüenza, por qué no vivirlo? ¿Existe permiso social? Como un primer “pase” de droga, como un primer trago… ¿qué o quien corrige el rumbo?
Gloria H. @GloriaHRevolturas